C.S. Lewis - Una Pena en Observación

Algo leí sobre C.S. Lewis, y siempre he tenido la idea de que era uno de esos hombres inteligentes que buscan la verdad. El carácter de este texto publicado en 1961 es totalmente novedoso. Helen Joy Davidson apareció en la vida de el escritor C.S. Lewis, y tras su muerte a causa del cáncer dejó una huella imborrable y una tormenta de razón y sentimiento (no en ese orden) en el famoso autor de las “Crónicas de Narnia”. Literalmente estas notas querían ser “una una defensa contra el colapso total, una válvula de escape…”, y dejan entrever un Lewis confundido, expresivo y ante todo muy sincero. Hablando de H. (así es como la nombra en el libro), de Dios y de él, describe su situación de desesperación ante su insustituible pérdida y como va luchando contra los tópicos del que se queda en la tierra: “a ella no le hubiera gustado”, “sus fotos me recuerdan…”, “desde que no está”, y dando explicación a lo “absurdo” de algunas de estas reacciones comprensibles y humanas que en realidad empobrecen la consciencia de que ya no está, su recuerdo y el futuro. De modo que plantea el “¿Porqué?” primero lamentándose y diciendo duramente “Solamente la tortura saca a la luz la verdad.” viendo como sus antes sólidos fuertes se tambalean y hunden como castillos de naipes. Las crisis están para superarlas convirtiendo al que las padece en más fuerte o en su contrario al dejarlas atrás. Tras mucha reflexión dice:"_Si existe un Dios bienintencionado, será que esas torturas son necesarias. Porque ningún ser medianamente bueno podría infligirlas o permitírselas, si hubiera otro remedi_o" no permitiría el dolor si existiera otra alternativa, el dolor según Lewis no es solo permitido por Dios sino necesario para algún propósito, “Claro que lo de « enviadas para probarnos» conviene entenderlo a derechas. Dios no ha estado ensayando un experimento sobre mi fe o mi amor con vistas a poner en claro su calidad. Esa calidad ya la conocía Él. Era yo quien no la conocía. […] El siempre supo que mi templo era un castillo de naipes. Su única manera de metérmelo en la cabeza era desbaratarlo.” es difícil de entender… Estas palabras son lo suficientemente fuertes como para sorprender notablemente al lector, plantearse todas estas cuestiones: es increíble. Entrando en la “viciosa” espiral de la tristeza y retratándola con claridad; y saliendo sin dejar de sentir la muerte de su esposa puesto que " Los cobardes mueren muchas veces: eso les pasa a los seres amados." puesto que no se deja de recordarlos y “rerecordarlos”, avergonzándose si en algunos momentos no se siente demasiado su pérdida pero sabiendo vivir con ello y comprendiendo que son cosas de esta vida y que no es fácil asumirlas. Un libro que a pesar de el año de su edición, me es completamente actual y novedoso en cuanto a forma y contenido, muy interesante y discutible. Me ha servido para conocer a este gran autor de renombre universal del que espero continuar leyendo y aprendiendo.