Información fachádica

Ha empezado el verano en el lugar de retiro. Casi no salgo de casa. Después de los ratos en los que me siento solo y deprimido, me miraría desde fuera para verme como un pretencioso Thoureau. Algo debo de estar haciendo mal. Siempre me ha atraído la frase de Basil Hallward de haber aprendido a amar “el secreto”. Deja de fluir, de revelar información fachádica (=de cara a la galería) sobre ti, te quedas con el sabor y el regusto del café, y te concentras en respirar tu propia respiración por un tiempo para después sentir todo aquello que tienes dentro, que entre tanto input exterior casi no hay tiempo para experimentarse a uno mismo,  y soltarlo todo e ti. No me entiendo ni yo.

Uno ha estado en los rincones del mundo, conoce a cientos de personas y a mismo tiempo no sabe quién es y tiene esa sensación de no haber conectado con nadie, de haber compartido esa estancia secreta que no se comparte con nadie o haberla compartido y ‘fracasado’ en algo en lo que no se fracasa, se crece, se evoluciona, pero tienes esa sensación.

Puede que la soledad y la mentalidad solitaria sea uno de los grandes temas de la temporada.

Panorama nocturno desde mi ventana con mosquitera (no visible en la foto).

Qué poderosa vanidad me invade mezclada con un orgullo tipo pecho-ruiseñor al compartir esta foto en este sitio solitario.