Luces de la Ciudad
La primera película del famoso Charles Chaplin que he visto: “Luces de la Ciudad”. Me gustan los aniversarios y resulta que el día 30 de Enero celebramos el 80 aniversario del estreno de este clásico del cine. Chaplin un dueño del séptimo arte, y recordando algunos de sus noventa largometrajes (la cantidad no importa), ha emocionado a millones de personas que han disfrutado viendo a Chaplin en el mejor cine. Hablamos de una época dura: poco después del “Crack del 29”, falta presupuesto, aunque el polivalente Charlie hace de director, guionista, compositor de la banda sonora, y cómo no, de actor. De Virginia Cherrill dudaba nuestro director: no estaba seguro de que fuera la adecuada para el papel, y tras desconcertarle la forma de ofrecer las flores la despidió y la volvió a contratar arrepintiéndose (dentro del cine: ¿así es la vida real?). A Sir Chaplin se le conoce más por estar silenciosamente actuando que por oír su voz de artista, en esta comedia -tan dramática y humorística al mismo tiempo- es sorprendente cómo consigue expresar los sentimientos del vagabundo y la florista sin vista. Es difícil conmover y hacer reír a la vez, solo se consigue con los ideales más sencillos e ideas evidentes. Esto tiene el cine clásico: simplicidad y arte, es decir una gran interpretación. La sensibilidad e inocencia remueven el corazón. Añádele unos violines narradores, coro de la interpretación, solo decir que fue demandado por plagio de “La Violetera” por José Padilla: una cuestión de entre bastidores.
Toda la genialidad de Chaplin hasta ahora para mí desconocida brilla en “Luces de la Ciudad”, su carácter narrativo dentro de un argumento legendario de cómo el inocente vagabundo busca enamorado la cura y consuelo de una vendedora de flores, es encantador. Reflejando los antiguos y eternos cánones del amor verdadero y desinteresado, destacando las diferencias sociales, el cine de Chaplin dice algo más… Dejo a un lado todas las complicaciones y reduzco casi la película a un fotograma en el que aparece escrito un: “You?” ("¿Tú?") siendo uno de los momentos de mayor belleza de la película, respondiendo a la pregunta sin pronunciar palabra los gestos del carismático Charles. Así es el cine, si no te acordabas: “Luces de la Ciudad”.